1.1. Democracia de partidos y Parlamento grupal
Hoy el Parlamento es grupal. Los grupos parlamentarios constituyen la pieza clave de los sistemas parlamentarios. Así sucede en España en todas las Cámaras representativas: Congreso, Senado, Parlamentos autonómicos, Diputaciones Provinciales y Ayuntamientos.
1.2. La relación representativa y la disciplina de partido desde el punto de vista jurídico-formal
El mandato representativo está jurídicamente vigente. El parlamentario, de hecho, puede comprometerse a defender un programa y a votar en la Cámara de acuerdo con las directrices del partido en cuyas candidaturas se presentó a las elecciones. La disciplina de voto es muy alta en los grupos parlamentarios europeos. Fuera de fenómenos aislados de transfuguismo, el parlamentario español actúa y vota en las Cámaras alineado con su grupo y comandado por el portavoz.
La relación representativa, en los términos jurídico-formales actualmente vigentes, se establece entre el electorado y el diputado. El partido político y el grupo parlamentario no pueden cesar a sus diputados, ni directamente ni expulsándolos antes del partido, no sólo por el derecho que asiste al representante de mantenerse en el cargo por toda la duración del mismo sino también en razón del derecho de los electores de que su representante no pueda ser removido del cargo para el que ellos lo han elegido.
1.3. Parlamento, democracia de partidos y mutación constitucional
Las pautas en la relación representativa desde el punto de vista político son:
- Los partidos presentan en las elecciones programas y candidatos y permanecen durante los periodos interelectorales abiertos a las demandas sociales.
- Los electores orientan sus votos por esos programas y equipos personales más que por los candidatos individualmente, y más si son listas cerradas y bloqueadas como en España.
- La excepción existe en las elecciones municipales, donde tiene mucha relevancia la personalidad de los candidatos a alcaldes.
- Se espera que el diputado elegido sea coherente con todo el proceso preelectoral y electoral. El Parlamento no pretende ser ya el templo de la razón. Hoy el Parlamento es el escenario de una representación política en la que los individuos y los grupos interpretan un papel dirigido abiertamente al electorado para intentar captar su voto, de ahí la importancia de la publicidad, de los medios de comunicación social.